El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Hierba sí, pero sin esplendor
Les contábamos ayer el coitus interruptus ovetense con el acoso y derribo al histórico Real Oviedo durante la temporada pasada y la operación tiro por la culata de potenciar al Astur, que tantas similitudes tiene con Gran Canaria. Pues bien, la marcha atrás del alcalde pepero de Oviedo, que hasta se ha hecho socio del club carbayón, parece que no cunde entre el Cabildo y la UD Las Palmas. No sólo en el club, sino entre los aficionados amarillos (5.602 en Segunda B no está nada mal para un partido de pocos alicientes) y los propios medios de comunicación. Empieza a ronronear más de la cuenta la mosca detrás de la oreja a cuenta del lamentable estado del césped del estadio de Gran Canaria, que, por obra y gracia de los convenios firmados e incumplidos, es responsabilidad del Instituto Insular de Deportes. Mucho marrón se ve sobre el verde y radio macuto sector Pío XII empieza a creer que todo es cuestión de dejar pudrir la esplendorosa hierba que fuera la niña de los ojos de Gonzalo Angulo, hoy viceconsejero de Pesca (¡manda huevas!). Ya lo advirtió Luis Aragonés en agosto, una semana antes del España-Venezuela, y todo hijo de vecino que fuera el domingo a Siete Palmas: el césped está chungo, tanto, que la UD no entrenará ni un día de esta semana en el recinto de la polémica. A ver si en quince días lo ponen bonito, que es la especialidad del PP de aquí.
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