Los expertos económicos del PP venían barajando un escenario de déficit del 8% desde finales de octubre, y sabían que si se confirmaban esos fatales presagios, mayormente originados por la caída de la actividad económica en el último trimestre del año, los recortes a acometer con urgencia iban a ser dramáticos. Por lo tanto el último consejo de ministros del año 2011, segundo de la era mariana, ha sido el consejo de la verdad y, a la vez, el de las dos grandes mentiras: culpar de todo a la herencia recibida, fruto de una desaceleración económica global, y ejecutar justo lo contrario de lo dicho en el programa y en la campaña electoral del Partido Popular. Sólo se han salvado de los tijeretazos las grandes fortunas porque desde el incremento en el IBI y en el IRPF hasta la práctica desaparición de la subvención al fuel profesional, pasando por la congelación a la Ley de la Dependencia, a la emancipación de jóvenes o la congelación del salario interprofesional, la inmensa mayoría de las medidas aprobadas este viernes afectarán de lleno a las clases medias y populares del país. Justo lo que el PP venía pregonando machaconamente que no se podía hacer porque equivaldría a hundir más a las familias y frustrar la recuperación económica. Pero no acaban aquí las desgracias: todos los expertos coinciden en que se trata solo del principio, que los peores recortes y los mayores sablazos están por llegar; unos lo harán antes de las elecciones andaluzas y otras el lunes siguiente.