La concejal Nardy Barrios ha decidido enseñar los dientes en el asunto del canódromo con la posibilidad de una acción de lesividad que ponga a Soria ante dificultades penales merecidas. Porque no se puede ser tan necio para gobernar como hizo este mal político, de forma que todos sus proyectos hayan quedado revisados en la sede judicial con perjuicio patrimonial para el Ayuntamiento. La lesividad es figura antigua pero pocas veces utilizada. Todos esperamos que ante tal evidencia de mal gobierno, Saavedra permita mantener la creencia de que no existe la impunidad en política. Cuando los gobiernos de Soria tenían relaciones variadas con empresas, entre ellas Improcansa, todo ello sólo se explicaba desde una pretendida impunidad. Si el gobierno municipal no tira p'alante dejaremos atrás una parte ética de la política, la referencia de que no todos son iguales.