No hay salida. El juez que instruye la Operación Faycán ha dado a José Manuel Soria la peor noticia de cuantas cabría esperar. Aplicando la lógica y la coherencia con las decisiones tomadas (detención de un alcalde y de cinco de sus concejales, todos ellos del PP), parecería una extravagancia que no tuviera indicios suficientes como para mantener la imputación de la que el presidente del partido aún dudaba este martes desde su amada ciudad de Londres. Dijo Soria que había que esperar a este miércoles para saber si sus muchachos en Telde iban a salir del juzgado como imputados, como imputaditos, como testigos protegidos o como personas libres y sin limitaciones judiciales. No ha sido así, sino muy al contrario: el juez ha decretado las fianzas más cuantiosas de cuantas se han acordado hasta ahora para los 25 imputados de la Operación Faycán y mantiene los cargos de cohecho sobre todos ellos. Ha tenido que ser Ana Pastor, desde la madrileña calle de Génova, quien hiciera público el mortuorio decreto de suspensión cautelar, con amenaza de expulsión, confirmando de este modo que al PP canario se le hace muy cuesta arriba meter el dedo en la boca a quien no debe.