Además de la cumbre literaria de Ortega, que Soria naturalmente desconocía (como desconocía el término teatral “figurantes”), el presidente del PP se llevó para casa unos cuantos epítetos, algunos ya expresados por José Francisco Henríquez a lo largo de este proceso. Por ejemplo, las tres íes que definen a juicio de Henríquez al presidente del PP: “Indecente, impresentable e indeseable”. A las tres vocales añadió la equis, incógnita a despejar para llegar al gran tiburón blanco. Suponemos grandes quebraderos de cabeza para los abogados de Soria en Madrid, que estarán tratando de explicarle que no todo debe ser motivo de querella, y que si a ver si el Cabildo me manda unas provisiones de fondo, que andamos muy atareados con lo tuyo y con lo de Víctor Rodríguez Gago.