El nombre de Cerdán se barajaba desde el pasado lunes, tal como publicamos en esta misma sección ese día. Era una de las posibilidades que tenía el presidente, que también había pulsado a Jorge Bethencourt, el primer director general de la tele canaria. Bethencourt, que ya viene de vuelta de todo, pidió un contrato de estrella de la NBA, es decir, que le garantizaran cuatro años de mandato y, en su defecto, que se le inmdenizara con una cantidad equivalente a ese periodo en el momento de su despido. Eso no lo puede hacer presidente alguno, no sólo porque el director general del ente entrará en situación de en funciones a partir del 27 de mayo, sino porque esa dirección general es equivalente a un cargo de ese rango en el Gobierno de Canarias. ¿Se imaginan, por ejemplo, a Aurelio Ayala pidiendo un blindaje similar? Es verdad que son capaces, pero todavía les adorna un poco de vergüenza.