El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Larry llora por las esquinas
Quién la iba a decir a Larry Álvarez que iba a tenerse que conformar con ser consejero del Cabildo de a pie, rebajado de empleo y atribuciones, a las órdenes de Carmen Guerra, pidiendo permiso para ir al baño y renunciando a sus locuaces anuncios de donar parte de su sueldo público en favor de una organización gubernamental de cuyo nombre no podemos acordarnos (porque nunca lo dijo). Nadie pudo imaginar este final tras el amplio periodo de tiempo que transcurrió entre 1999 y la Navidad de 2007, ocho largos años en que actuó como sicario de su verdugo, José Manuel Soria, llevándole el maletín y ejecutando sin pestañear sus órdenes más despiadadas y crueles contra las personas, sus haciendas y sus familias. Es el mito de Saturno vuelto del revés, el padre devora a su hijo ante lo que considera una traición a los principios fundamentales de la familia, aquellos que dictan que a los socialistas y a todos los que huelan a rojos, hay que masacrarlos sin piedad. Nada de abstenerse en los presupuestos, nada de oposición constructiva, que así se empieza y terminas contándolo todo. ¿Lo contará todo Larry Álvarez o es preso de las mismas historias que habría de contar?
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