Por segunda vez en tres años, el diputado herreño Manuel Fernández, secretario general del PP canario, abandona el pleno del Parlamento de Canarias en el momento de una votación. Lo hizo en 2007 cuando se votaba la aprobación de las camas turísticas para la urbanización Anfi Tauro, del Grupo Anfi, del que es asesor desde hace muchísimos años. El mismo gesto de presunta honradez lo volvió a repetir este martes en el momento en que se sometía a votación la designación de su hijo Manuel como representante del Parlamento de Canarias en el Consejo Social de la Universidad de La Laguna. Como se podrán imaginar, se ha tratado exclusivamente de un gesto, de dos gestos. Porque en 2007, cuando abandonó el pleno de las camas de Anfi, su voto no era decisivo ni necesario, pero sí lo fue su activa promoción de las bondades de Anfi entre los diputados de todos los grupos políticos. Este martes, con lo de su hijo, era preciso el gesto, pero absolutamente ocioso, dada la imposibilidad de que cualquier diputado del PP votara en contra de la propuesta, so pena de ser acribillado desde la trinchera. De nada sirvió que el PSOE pidiera que se leyera el artículo que exige ciertas cualidades para ser representante del Parlamento en el Consejo Social de una Universidad.