Nunca se pudo imaginar el alcalde del Puerto de la Cruz, el nacionalista Marcos Brito, que su abrupto y acantilado regreso a la alcaldía se iba a resolver de la manera en que se está resolviendo. Los trabajadores municipales ya llevan celebradas once jornadas de huelga y las posturas entre ambas partes en conflicto parecen ser irreconciliables. Las negociaciones volvieron a romperse a mediodía de este martes, según Intersindical Canaria, después de que ese pedazo de concejal de Recursos Humanos que es Luis Miguel Rodríguez, del socio pepero de don Marcos, se pusiera tan intransigente que provocó la estampida de los negociadores laborales. Ahora están a la espera de una respuesta del alcalde, y en caso de no obtenerla este miércoles, celebrarán una asamblea el viernes para decidir si endurecen sus posturas. Mientras tanto, Marcos Brito apura los plazos para presentar su candidatura y la de todo su grupo ante la Junta Electoral. La capacidad de resistencia del Puerto de la Cruz, nuevamente a prueba.