No resten ustedes ni una pizca de importancia a la brillante y rocambolesca propuesta lanzada este miércoles por José Carlos Mauricio para salvar los muebles del pelotazo del istmo. Lo ha hecho con la naturalidad que le caracteriza y dando por hecho que el camino recorrido hasta ahora, aun dentro de la más flagrante ilegalidad, no tiene marcha atrás. Ha propuesto, por si no lo han leído, que se extiendan las actuaciones a todo el frente marítimo de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y que sea entonces cuando se dé entrada a los arquitectos canarios. Pepe Carlos el fantástico. Neguemos la mayor: ¿cómo es posible que un miembro del Gobierno dé por bueno lo actuado cuando todos los estamentos indican que ha sido ilegal? Y afirmemos la mayor: si el consejero de Economía y Hacienda dice eso y bendice la ilegalidad, además de anunciar que será su propuesta al Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria, es porque en las mismas claves está todo el Gobierno, empezando por su presidente, Adán Martín, presunto presidente, más bien.