Publicamos este miércoles la segunda entrega del que hemos dado en llamar el caso seguridad, referido al mangoneo detectado en el seno del Servicio de Régimen Interior del Cabildo de Gran Canaria para la adjudicación del concurso para la prestación del servicio de seguridad y vigilancia de la Corporación para los próximos dos años. El resultado de las investigaciones internas de Seguridad Integral Canaria es más que inquietante, aunque por el momento se limita a desenmascarar únicamente el comportamiento del que fuera uno de sus coordinadores, el que precisamente era el responsable de los vigilantes adscritos a las dependencias de la Corporación. Que ese coordinador actuara como agente doble, cobrando de Seguridad Integral Canaria y participando a su vez en reuniones con la competencia, Serramar, en presencia del funcionario cabildicio responsable de adjudicar el concurso, Carlos Gutiérrez, obliga de inmediato a aclarar el papel desempeñado por éste, si estaba o no al corriente de las certificaciones falsas de servicios no prestados, si conocía las irregularidades que derivaron en el despido del coordinador o si, en definitiva, se beneficiaba de algún modo de esas mismas irregularidades.