Acabamos de ver estos días un montón de fotografías de la ministra de los Medios, Elena Espinosa, visitar las Islas Canarias para conocer los efectos del reciente temporal. Y en ellas aparecían acompañándole cargos públicos de todos los partidos políticos con responsabilidades en los lugares afectados. Lo normal en una visita oficial. Pero la normalidad se rompe cuando aparece el sectarismo, ese que aplica con tanto rigor el Partido Popular canario, o al menos algunos de sus más dignos representantes públicos. La consejera de Sanidad, Mercedes Roldós, por poner un ejemplo, visitó este jueves el municipio de Arucas, donde se personó en diversos centros sanitarios. A la gira fueron invitados solamente los concejales de la oposición, es decir, los de su partido, el PP, lo que provocó un sonoro cabreo del alcalde, de Coalición Canaria, que gobierna en coalición con el PSOE. Al término del pleno municipal celebrado precisamente este jueves, el regidor manifestó públicamente su malestar por este ninguneo institucional absolutamente inadmisible.