Pero los últimos episodios sorianos de la patética causa general de la que se cree víctima no deberían distraer al respetable del fondo de la cuestión, que no es otro que lo declarado por el imputado ante la magistrada Margarita Varona. Además de cambiar algunos aspectos importantes de su primera declaración (ahora reconoce que encargaba sus vacaciones a través de Manuel Fernández, que su hijo también viajó a Noruega, que votó favorablemente a las camas de Anfi en el Parlamento...) el imputado vicepresidente dijo que el dinero en metálico que utiliza con tanta asiduidad proviene de sus dietas y de la actividad profesional de su señora esposa. Algunos procuradores de tribunales nos han telefoneado este martes para requerirnos algo que no está en nuestra mano: conocer la cartera de clientes de doña María del Carmen Benítez y lo que ha facturado en directo, en diferido, en metálico o por transferencia desde que su señor esposo pasó a ser personaje público relevante, allá por 1995.