En la carta, Melchior y Oramas afirman con rotundidad que los vecinos “tienen todas las garantías de que será posible la continuidad de las explotaciones agrícolas y ganaderas de la zona, porque no hay ninguna voluntad de modificar la clasificación del suelo ni de crear polígonos industriales o comerciales”. Es más, en la carta se llega a afirmar que “nadie quiere atentar contra su patrimonio”, para dejar caer un poco después toda la culpa manipuladora sobre “determinados grupos” sin identificar. Los vecinos aseguran que en una reunión que entonces mantuvieron en 2003, también antes de las elecciones, se les aseguró que no se haría nada en los alrededores del aeropuerto “en los próximos treinta años”. Hay que ver lo rápido que pasa el tiempo para algunos.