Volvemos sobre nuestros pasos de este fin de semana para detenernos con un poco más de atención y de enjundia en el papelón que acaba de volver a hacer la Audiencia de Cuentas de Canarias, con su presidente, Marcelino Rodríguez, al frente. Ya saben que aquello del informe Amorós, que tanto escándalo suscitó, se acaba de quedar en un problema de “falta de coordinación” entre el departamento que dirigía, la Dirección General del Tesoro y Política Financiera, y la Intervención General de la Comunidad Autónoma. Marcelino Rodríguez no ve delito, ni nada que se le parezca, en las actuaciones de Amorós, todo ello meses después de haber dejado caer que el asunto venía a ser, más o menos, el acabóse. Pues bien, ¿para qué sirve la Audiencia de Cuentas? ¿Quiénes son sus consejeros auditores? ¿A qué dedican el tiempo libre? O mejor, ¿a qué dedican la jornada laboral?