Ya es grave que tenga que ser una casa regional (de ésas a las que recurrió José Manuel Soria para despertarles el sentimiento de españolidad contra el nacionalismo en la campaña electoral última) la que tenga que organizar la cabalgata de reyes Magos en Las Palmas de Gran Canaria. Pero más grave aún es que las instituciones que debieran ocuparse de tales menesteres hagan el ridículo y, encima, sean amonestadas en público. Ocurrió este año, pero podía haber ocurrido en cualquier otra convocatoria en que hubiera un jurado con ojos en la cara y sin ningún tipo de vergüenza a la hora de sacar los colores a los responsables públicos. Presidía este jurado tan atrevido el presidente del Colegio de Ingenieros Superiores, José Lucendo Sancho, que premió a cinco carrozas, incluida la que presentó la OJE. Lucendo es de los que llaman al pan pan y al vino vino, lo que estará resultando muy positivo para su colegio profesional y, en esta ocasión tan especial, para los decepcionados niños que acudieron a la cabalgata.