Pero volvamos al principio: si el expediente es jurídicamente impecable, si la adjudicación a Lifeblood del servicio de hemodiálisis del Doctor Negrín no es desmontable por irregularidades ni errores de apreciación, ¿por qué se ha montado la pelotera que se ha montado? Muy sencillo, por los factores externos que han rodeado al expediente, por la procedencia y el proceder de algunos de los protagonistas, por las fechas en que se produce la adjudicación (en los últimos días de Gobierno del PP con CC), por la extracción registral de la empresa ganadora (la monta un experto en empresas opacas al que se relaciona con Gürtel), por la vinculación empresarial y familiar del administrador de esa empresa ganadora con otra empresa ganadora, en este último caso de un pelotazo de considerables dimensiones en el solar del antiguo Canódromo de Las Palmas de Gran Canaria. Porque, efectivamente, todos los pelotazos son legales, o al menos tienen apariencia de legalidad. Y porque no sería la primera vez que en el entorno político del PP alguien monta una empresa de emergencia para presentarse a un concurso y, por supuesto, ganarlo. Veamos tres ejemplos, tres.