“En definitiva”, prosigue don José, “lo que procede es que desaparezca la Caja de Las Palmas al quedar subsumida por CajaCanarias. La otra posibilidad apuntada por Soria, la de buscar fusiones con entidades peninsulares, lo dejamos en veremos. Desde luego, como a los canariones no se les puede dar la mano porque cogen el codo y se quedan con todo el cuerpo, quizá CajaCanarias deba buscar socios en la Península mientras seamos españoles a la fuerza. Luego, ya se optará por lo más conveniente”. Porque El Día apunta bien a la cabeza de los patrocinadores de sus múltiples promociones, y aunque sean “españoles a la fuerza” apelan a un sentimiento muy militar: “Lo repetimos: creemos en la inteligencia y el patriotismo de Álvaro Arvelo, y también en el patriotismo y la inteligencia de todos los canarios. En vez de retirar los fondos de CajaCanarias, deberían salir a la calle para protestar contra el Gobierno si fuese el Ejecutivo canario quien forzase esta fusión, y contra el Gobierno socialista de España si fuese éste quien apurase la situación. Conviene que se vaya escuchando de una vez la voz de Tenerife”. Aquí, lo único que escuchamos es la voz de Don Pepito, la verdad, y nos estamos quedando sordos de lo fuerte que grita.