Paulino Rivero se reunirá este sábado con José Luis Rodríguez Zapatero, y al término de ese encuentro, el presidente canario ofrecerá la primera rueda de prensa del verano. Suponemos que empezará cascándose el rollo de siempre acerca de que el Gobierno de España tiene que tratar mucho mejor, pero muchísimo mejor, a los canarios. Y luego intentará zafarse de las preguntas de los periodistas, que lo tendrán delante por primera vez desde que estallara el escándalo de la sobrina. Rivero ha huido de la canallesca como gato escaldado, bueno, si exceptuamos sus apariciones estelares haciendo footing en Puerto Calero (la fotografía la distribuyó una agencia de noticias contratada por el Gobierno) y sus procesiones marianas, convenientemente ensalzadas por la Televisión Canaria, el único medio de comunicación que no ha hecho la menor referencia al asunto de la sobrinilla. Pero, ¿permitirá Paulino preguntas en su rueda de prensa de este sábado? ¿Hará como Camps que ya no se enfrenta a cuestiones incómodas? ¿Reforzará las tesis de que le grabaron ilegalmente?