Pero además de ir contra su acrisolado liberalismo, Soria se lleva por delante la Planificación Energética Nacional, elaborada, ensolerada y aprobada por el PP en tiempos gloriosos. Tal planificación basa su filosofía en la regionalización del sistema, lo que choca de bruces con esa presunta insularización que, además, no se sostiene desde el punto de vista de la rentabilidad. Cualquier análisis de costes y beneficios dejaría las pretensiones sorianas en un manual de Primaria, porque hasta él mismo sabe que el sistema en esa dimensión sería mucho más deficitario que el regional, que tiene dos pesados lastres en la distribución y la comercialización. Y para rematar, ¿acaso pretende el presidente del PP hacerse con el control energético por las bravas o pedirá a Endesa que saque a concurso-subasta la generación eléctrica insularizada?