El socialismo canario se prepara por lo tanto para un congreso apasionante, con dos corrientes opuestas: la que defiende la continuidad de López Aguilar como lo mejor que le ha pasado al partido en su historia en las Islas, y la que cree que, a pesar de las virtudes que adornan al secretario general actual, es imposible sostenerlo en el puesto porque tapona cualquier posibilidad de pactar con las fuerzas que históricamente han ocupado el poder en el Archipiélago. Ya sabemos que López Aguilar se presenta, pero nadie tiene claro a estas alturas cuál es el nombre de la persona que encabezaría la alternativa. Se ha barajado el de Blas Trujillo, uno de los delfines de Jerónimo Saavedra, pero tanto el alcalde como el partido en peso saben que ni Trujillo ni cualquier otro irá a la confrontación si no hay posibilidades claras de ganar. Y eso sólo sería posible en el caso de que López Aguilar se retirara. En ese caso, ¿asumirá Saavedra la responsabilidad de poner su nombre al frente del movimiento crítico que él mismo ha encabezado? ¿Medirá sus fuerzas a las de su pupilo? ¿Existe tercera vía?