El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Preso del baile de San Vito
Son las cosas que a menudo ocurren en los tribunales y que no pueden ser recogidas en los veredictos ni en las sentencias. Un hombre había denunciado a unos vecinos por secuestro y por haberle robado la pensión. Los denunciados fueron detenidos y comparecieron esposados a juicio tras el correspondiente periodo de prisión preventiva. Pero cuando el denunciante se personó ante la Audiencia Provincial, aquejado del baile de San Vito, era tal su estado de incongruencia que ni recordaba qué hacía allí, ni que había denunciado a sus vecinos ni si la pensión que supuestamente le habían robado se la había gastado de modo natural o en un bingo. El hombre estaba preso de tales temblores que, al confirmar que no se había tomado su tratamiento para la enfermedad que a todas luces padece, la presidenta del tribunal optó por dejarle fumar un cigarrillo. Era bastante llamativo ver a un deponente saludar a sus presuntos secuestradores, preguntarles qué demonios hacían ellos allí, y ante el micrófono y cigarrillo en mano, contar sus cosas al tribunal. Al día siguiente, todos en libertad. Y fumando.
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