Para justificar los hechos por los que se le acusa, el alcalde González Reverón ha argumentado que el procedimiento utilizado para conceder las licencias urbanísticas en Arona es el habitual en el Ayuntamiento. Según la documentación que forma parte del expediente judicial, el procedimiento “habitual” es el siguiente: se solicita una licencia urbanística, se emite un informe jurídico negativo, se incluye la advertencia de que se puede incurrir en prevaricación “y tras un amplio cambio de impresiones, se aprueba el expediente por unanimidad”. Hay 213 casos denunciados, al margen de las 79 contrataciones a dedo. Vamos, en lenguaje policial, un modus operandi consistente en pasarse atlánticamente la ley por el arco del triunfo. Y estar tan tranquilo hablando de conspiración.