Todo lo que no pueda ocurrir en cualquier parte del mundo ocurrirá en Telde, ciudad de espiritistas y políticos con pocos escrúpulos y las manos ligeritas. Aunque ni todos los políticos son espiritistas ni todos los que maman son políticos. Y, a mayor abundamiento, sabemos qué políticos son los que han mamado, por lo que no vale generalizar. Hechas las oportunas presentaciones y para salirnos de inmediato de tan frondoso jardín, circunscribámonos al acuerdo plenario adoptado este viernes por la vía de urgencia por el Ayuntamiento de Telde: reclamar por vía judicial a un vecino de la ciudad, Naranjo de apellido por más señas, para que devuelva los dos millones de euros que cobró tras una sentencia judicial que condenó al consistorio a indemnizarlo a cambio de una parcela que se quedó la institución. Nadie hasta ahora (ni el Ayuntamiento ni la Justicia) parecen haberse percatado de que el señor Naranjo no era el dueño de la totalidad de los 5.307 metros cuadrados del barrio de San Francisco por los que se pagaron esos dos millones de euros, sino solamente de un tercio de esa finca. Con razón, se tiran ahora de los pelos en el Ayuntamiento, el muy puñetero no se personó en el Registro de la Propiedad en las seis ocasiones en que se le citó para que firmara la trasmisión de la propiedad. Ah, el único partido que votó en contra de reclamar esas cantidades fue AFV-Ciuca, de nuestro admirado Guillermo Reyes.