Ya lo han visto: el feo asunto de las nuevas licencias para casinos en Canarias ha llegado ya al Parlamento de la nacionalidad. Lo ha hecho de la mano del PSC, que ya ha caído en la cuenta de que algo raro se está cociendo con el decreto de diciembre pasado en el que Australia Navarro ejecuta órdenes de arriba, como ella misma ha expresado. “¿Cuáles son las causas de la modificación de las autorizaciones para la instalación de casinos de juego llevadas a efecto por el decreto 299/2003 de 22 de diciembre'”, dice íntegramente la pregunta formulada por escrito por el diputado Hernández Spínola. Suponemos la contestación y se la adelantamos: la demanda de ocio de los turistas recomendaba esta modificación. Siguiente pregunta: ¿Y sólo hay demanda en la provincia de Las Palmas? Respuesta: sí, tenemos un estudio (lo encargarán corriendo) que lo demuestra. Y así, hasta que aburran al respetable. Verán.