También desvelaba la COPE que el regreso desde Valencia se produjo en un avión privado propiedad de Florentino Pérez, de nuevo presidente del Real Madrid y propietario de la constructora ACS, pero para decepción de los que buscábamos el caso horchata, el PSOE pagó al empresario el alquiler del avión. No queremos hurgar en la herida de unas finanzas socialistas más que precarias, pero quizás alguien desde Canarias debió haber advertido al Comité Federal de Campaña que se pueden conseguir jets privados de poderosos empresarios del sector turístico al módico precio de 1.600 camas recalificadas en plan excepción a la moratoria, que es lo que viene a salir, poco más o menos, un trayecto para tres personas durante toda la campaña electoral. Y pueden colgarse un par de ellos más, siempre y cuando no sea un cuelgue premeditado y lleven dormido al empresario en cuestión.