Hace unos días, Unelco-Endesa ejecutó unos cortes selectivos de suministro eléctrico a algunas dependencias del Cabildo de Gran Canaria después de que esta institución mantuviera serias diferencias con la facturación, especialmente la que tiene que ver con el alumbrado de las carreteras que gestiona la Corporación. El director insular de Desarrollo Económico, Rogelio Frade, se negó a aceptar la facturación de la eléctrica por discrepar de los informes que los técnicos del Cabildo elaboraron sobre la cuestión. Y como quiera que la ley impide cortar la luz en instalaciones tales como los túneles, Unelco optó por hacerlo en algunas dependencias que tenían deudas de entre 100 y 200 euros. Le tocó a la Consejería de Personal, de la que cuelgan los sistemas informáticos del Cabildo, lo que provocó un verdadero caos en la gestión. El Cabildo se empeña en que Unelco le está facturando de más y, ante la liberalización del mercado de la energía, quiere que se ponga a tiro, so pena de cambiar de proveedor. La eléctrica se enroca hasta el límite que puede, aunque su director general ya ha telefoneado al presidente para darle una explicación que no ha resultado satisfactoria.