El paraíso de Adán ya está al alcance de todos. O al menos al alcance de los espectadores de Televisión Canaria, La Nuestra, de ellos, cuya dirección ha prohibido la infelicidad. Así, directamente, de un plumazo. Desde hace unos días se ha ordenado la desaprición del programa de sucesos Primer Plano, que ofrecía a la nacionalidad archipielágica que habitamos la cruda realidad, esa Canarias profunda que incomoda cuando llegas del trabajo a casa y te repollinas en el sofá a verlas venir. Y para que la felicidad sea completa, Daniel Cerdán, la mano derecha vitalicia de Adán Martín, ha pedido que se suavicen las cosas en el Canarias Directo y ha decretado la suspensión de la sección de quejas vecinales en el programa de mayor audiencia de la cadena, el Buenos Días Canarias. Los vecinos ya tienen todo lo que querían, por lo tanto, ¿para qué quejarse si ya lo que piden son lujos?