Mientras se tramitan esas querellas y las que hubieran de llegar en contra de este singular político, seguimos a la espera de las anunciadas acciones penales que Soria dijo un día que iba a interponer contra Francisco Gordillo (¿se acuerdan?), el que fuera asesor de Toñi Torres en el Ayuntamiento de Telde, que afirmó un día que el dinerito que supuestamente se llevaban crudo en aquella ciudad era para el PP. También anunció Soria querella contra Benítez Cambreleng por decir que le ofrecieron, en nombre del vicepresidente del Gobierno, aquellos 600.000 euros para comprar su contribución a la causa. Este último posible delito de calumnias aún no ha prescrito, por lo que todavía puede el presidente del PP interponer sus correspondientes querellas. Casi estamos por afirmar que no lo hará, que un archivo tendría un pase, pero dos empezarían a tener todos los síntomas de la sobredosis.