La crispación por las distintas lecturas que tiene el terrorismo en España desde que el Gobierno de ZP comenzó el diálogo para el final del terror también tuvo su traslación al Real Club Victoria de Las Palmas de Gran Canaria. Ya saben que hay tomate en esa señera entidad porque un grupo de opositores quiere censurar al presidente, Eugenio del Toro Zumbado, por sus debilidades públicas en favor del Partido Popular, y muy particularmente de la alcaldesa. Por un defecto de forma, la iniciativa ha sufrido un retraso, pero nos aseguran desde la parte censurante que piensan cambiar a Zumbado por alguien que no se signifique ni se zafe tanto. Pero el presidente victorista tiene algunos adláteres finos de verdad, como el vocal de festejos y cultura, Blas González, que el viernes tuvo su momento de gloria: en un acto en el que sorteaba un traje de típica, González dijo, micrófono en mano, que esperaba no equivocarse “como se equivoca Zapatero”. Hubo gente que se marchó cuando empezaron a llamar mentiroso al presidente del Gobierno ante el cabreo de la concurrencia.