Discutirán sobre el Estatuto, sobre si la corrupción es buena o es mala, pero en algo sí se ponen de acuerdo el Gobierno de Canarias y el Gobierno de Madrid. Y es a la hora de sentarse a adjudicar carreteras. De entrada ya suena algo escandaloso un pre-reparto con premeditación y alevosía. Esa forma de adjudicar que han acordado las partes nos lleva a poder acertar en la identidad de los adjudicatarios como hicimos tan dramáticamente en el bienio negro de Arnáiz en la Autoridad Portuaria de Las Palmas. Dicen que el mecanismo es perfecto, que, o el consejero Castro mece la cuna de forma invisible, o fuerzas livianas y ocultas conspiran para que al final nada falle en las quinielas. Aparte de extremos escandalosos que contaremos los próximos días, y para que nadie dude de nosotros, les demostramos a continuación nuestras dotes de adivinos.