Ha habido división de opiniones en el modo que eligió este fin de semana Juan Romero Pi para despedirse formalmente de la ciudadanía en general de su cargo de presidente de la Zona Especial Canaria (ZEC). En unas declaraciones a la prensa dijo que se iba con la cabeza muy alta (uno noventa, más o menos) y asumiendo sus responsabilidades políticas por el asunto del plagio de las 125 medidas de crema catalana. Aplausos del respetable, sí señor. Pero se entusiasmó el hombre y en la segunda parte de sus declaraciones se metió en un jardin absurdo: espero que mi sucesor sea de Tenerife porque esa isla no debe perder la capitalidad de la ZEC. ¿Cómo dice, señor Pi? ¿Podría explicar al público dónde está escrito que la ZEC tiene capitalidad? Y a mayor abundamiento, ¿dónde dice que su sede está situada en una isla concreta? Abucheos en el tendido.