Los intentos por salvar a Soria se quedaron pequeños este viernes durante las declaraciones de los testigos ante la consigna de sacar del atolladero al consejero delegado, asesor, hombre fuerte o lo que sea de Anfi Manuel Fernández. El director general del grupo empresarial llegó a asegurar que conocía todos los cargos públicos de José Manuel Soria, pero ignoraba que Fernández fuera diputado regional. El abogado José Rivero, de Justicia y Sociedad, le llegó a preguntar si había preparado su declaración con alguien, a lo que el testigo contestó negativamente. Más contundente en la defensa del imputado secretario general del PP fue el jefe de los servicios jurídicos de Anfi, David Sánchez Garrido, que declaró que el contrato que unió a Manuel Fernández a la empresa hasta diciembre pasado nunca fue firmado, a pesar de que el interesado llegó a reconocer que sí ante la magistrada instructora. Sánchez Garrido intentó quitar hierro a la acusación que pesa sobre el diputado herreño asegurando que jamás ha intercedido ante una autoridad para resolver los problemas de Anfi porque es su departamento el que tramita las licencias (¿?). Pero el letrado reconoció que Fernández “siempre ha hecho las mismas funciones”, es decir, las que él mismo comentó ante su señoría y todo el mundo conoce.