Se han puesto de uñas y dientes los que no se llevan las obras del Plan Zapatero en Las Palmas de Gran Canaria porque Santana Cazorla se ha adjudicado el grueso. No encontramos el problema por ninguna parte, porque ni siquiera vale el argumento de que los costes laborales exceden a los costes de adjudicación, que parece un formalismo, porque los costes laborales de cada empresa los crea cada empresa cada día. Lo malo de la concentración en esa constructora puede radicar en la capacidad de los técnicos municipales de abarcar todo lo que tienen que abarcar con el Plan Zapatero. Se empeñó el Ayuntamiento en hacer los proyectos deprisa, deprisa y ahora tendrá que dirigir con sus propios recursos la obra a toda mecha, porque el plazo es corto y los errores de uno y de otro lo mejor es taparlos. Si ganó Santana Cazorla limpiamente -y no cabe duda en los tiempos que corren- sólo cabe felicitar a esa empresa, que el reparto no consta como criterio en la Ley de Contratos de las Administraciones Publicas.