Se lució este viernes en El Drago, de la Ser, el hombre fuerte del pacto de Gobierno de Telde, Guillermo Reyes, de Ciuca. Es el hombre fuerte y el hombre bruto, porque algunas de las cosas que dijo no son merecedoras de un representante popular. Les acercamos un botón de muestra, el momento en que se refirió a la decisión municipal de reducir el aforo del Palacio de la Cultura de Telde, actualmente en construcción, y suprimir la caja escénica. Todo ello, como ya saben, para colocar oficinas municipales en el mismo edificio. El resumen de sus justificaciones se puede reducir a dos premisas fundamentales a la par que primitivas: ahora los que mandamos somos nosotros, especialmente yo, y no vamos a mantener una caja escénica, atención, “para que cuatro señores vengan a ver una ópera”. Pero, pedazo de carne con ojos, ¿los cien mil ciudadanos de la ciudad que usted pretende gobernar no tienen derecho a ver una ópera, una zarzuela, el concierto de una filarmónica o un recital de pulso y púa? Es que cada vez que oímos a este hombre nos perdemos, así que discúlpennos nuestros excesos.