A María San Gil le sigue doliendo ese sms soriano, hasta el punto de que tampoco quiso saludar a Mariano Rajoy ni hacerse una foto con él cuando se inauguró el monumento La Puerta del Recuerdo, en el Campus Universitario de Montepríncipe del Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo, creado por la Fundación Universitaria San Pablo CEU. Entre los asistentes, Jaime Mayor Oreja y Rosa Díez sí recibieron el efusivo abrazo de la defenestrada dirigente vasca, que si bien nunca podrá jurar ya como lehendakari, cargo al que aspiraba con el PP, sí podrá sustituir la fórmula que se emplea ante el árbol de Guernika y el “humillada ante Dios” convertirlo en un “humillada ante Soria” (con el supuesto beneplácito de Rajoy), que le perseguirá ya durante el resto de sus días.