La cosa se pone dura para don Pepito, eso parece impepinable, dicho sea sin segundas. Porque ya no son los sindicatos, a los que ha acusado junto a Zapatero de ser los responsables de la ruina del país, los que han protagonizado esta ruptura. Ni es culpa de la abogada de la editora, que tampoco estuvo presente en esta última reunión. Han sido trabajadores y empresa, empresa y trabajadores los que han decidido desenterrar el hacha de guerra y poner en marcha una dinámica que se sabe cómo empieza pero no cómo va a terminar. El viernes habrá asamblea de trabajadores donde se expondrá la situación y se tomarán decisiones, aunque por lo dicho en la reunión de este martes, no parece que las partes estén dispuestas a aflojar un punto. Como solución transitoria y para inyectar algo de tesorería, se nos ocurre proponer que don Pepito promueva una pública subasta entre los lectores del diario de los trajes de reina del Carnaval que ha costeado estos últimos años la empresa editora. Sería una buena oportunidad para a) comprobar el estado de opinión de los cuarteles; b) dar salida a tanta lentejuela almacenada; c) ahorrarse dos o tres despidos. Bien es cierto, dicho sea para aportar todos los datos, que el traje de este año lo pagó don José de sus propios recursos personales, que deben parecerse mucho a los que obtiene por su actividad anual el consejo de administración de la mercantil editora del diario.