Ya les hemos contado aquí que el director de cadena de Televisión Canaria, Carlos Taboada está para lo que está y no se le debe pedir mucho más, a riesgo de estresarlo. Otra cosa es que el hombre pierda los modales y llegue incluso a poner por escrito lo bien que le viene a los socios tapados de Zebra que le adjudiquen ese millón y medio de euros por tres programas. Es legítimo que las empresas ganen dinero, que presenten sus proyectos de programas a la autonómica, y hasta que se lo lleven crudo. Pero que un director nombrado por el poder político, pagado por el dinero público, ponga por escrito lo bueno que es darle ese dinero a los empresarios de la comunicación sobrepasa con creces lo éticamente admisible. Pero Carlitos, el rey del vermú, es así.