La polémica petrolera amenaza con poner en peligro la convivencia pacífica entre las fuerzas políticas canarias, incluso entre las que de siempre han compartido mesa, mantel y otras cosas de comer. Que el PP ande lanzando el trasmallo en dirección al PSOE con el único fin de desalojar a Coalición Canaria del poder después de haber contribuido a su perpetuación durante casi dos décadas no deja de tener su guasa. Como la tienen enfrentamientos tan de corrala como el que este lunes tuvieron en la radio autonómica dos de las mujeres más representativas de la política tinerfeña, Cristina Tavío y Ángela Mena, concejalas ambas de Santa Cruz de Tenerife; presidenta la primera del PP en la isla; esposa del presidente del Gobierno la segunda. Debatían, claro, sobre el petróleo, y a Cristina Tavío, tan dada al exotismo verbal, no se le ocurrió mejor cosa que decirle a Ángela Mena que parecía mentira que se dedicara a ir a manifestaciones de protesta cuando tiene el Castillo Negro “hecho una jediondada” por los vertidos de hidrocarburos de la refinería de Cepsa, en la capital tinerfeña. El ataque estuvo acompañado de un golpe bajo al reprochar a su oponente que acudiera a las manifestaciones a Lanzarote y Fuerteventura “a decir que no quieres el petróleo allí, cuando el presidente del Gobierno, una persona con la que tienes una relación personal, ha mentido?” Y ahí se armó.