Los dos únicos cargos públicos socialistas que aparecen, aunque fuera colateralmente, en la Operación Unión son el consejero de Cultura del Cabildo, Rubén Placeres, y el alcalde de Arrecife, Enrique Pérez Parrilla. Ninguno de los dos ha comparecido aún ante el juez, por lo que las imputaciones que pesarían sobre ellos son, de momento, policiales. Placeres decidió dimitir al saberse investigado, y Pérez Parrilla, el único de los dos que ha declarado ante la Guardia Civil, ya sabe qué se le imputa, aunque no pueda decirlo por estar secretas las diligencias. Sí ha aclarado que no se trata de delito relacionado con la corrupción sino, al parecer, con la celebración de uno o varios conciertos en el nuevo Teatro Insular sin disponer de todas las licencias preceptivas. Una prevaricación administrativa, que se llama. Lo curioso de estos cargos es que estamos ante un teatro inaugurado en mayo de 2007, con un concierto del timplista Toñín Corujo, por la entonces presidenta del Cabildo, Inés Rojas, en estos momentos consejera de Vivienda y Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias por el tercio de CC. Entonces ni siquiera había sido entregada la obra al Cabildo. Pero hay más historia teatral.