Dice Paulino que exigió justicia a la Justicia, y la Justicia le dio lo que pedía. No vamos a quitarle ni una pizca de ilusión al presidente en su proclama, que vista en su globalidad y sin apasionamiento, tiene un aire mesiánico que habría que hacerse ver. Pero ésa no es la cuestión porque la cuestión es que el Supremo ha colocado las cosas en su sitio con una sentencia sobre el pelotazo de Tebeto que deja a todas las partes en presencia totalmente al descubierto, sin más escudos, sin más ropajes ni efectos especiales que la verdad, que la relación fáctica de hechos con la Ley y la jurisprudencia en la mano. Y las partes en presencia son las que un día les relatábamos aquí, empezando por Paquita Luengo, injuriada, calumniada, querellada y responsabilizada de algo de lo que han sido únicos responsables el empresario maquinador, Rafael Bittini, algunos funcionarios nada diligentes y un político, de nombre Luis Soria, que concedió un permiso de explotación minera donde, como y cuando no debía. El PP, con el culo caliente y sin haberse leído la sentencia, mandó a la desbocada de Australia Navarro a exigir disculpas al PSOE.