La consigna está lanzada desde distintos puntos de la geografía política canaria: hay que acabar ahora mismo, de inmediato, con López Aguilar, que se vaya de Canarias para siempre y que, si aparece por aquí, su opinión no cuente lo más mínimo. El momento es éste, antes de que pasen los efectos de la derrota electoral en las Europeas, no vaya a ser que los análisis catastrofistas den paso a la cruda realidad de que es el secretario general del PSC, que cuenta con el respaldo de Rodríguez Zapatero y que su particular empeño por acabar con la omertá en las Islas vuelva a recibir el respaldo de siempre de la gente que vota, la que le reclama que mantenga su discurso y su trabajo de acabar con los corruptos que quieren seguir campando a sus anchas por estos lares. Para que ese destierro funcione, empiezan a utilizarse los métodos más expeditivos que existen en el catálogo del compañero militante, del compañero adversario del compañero militante, y del compañero mediático del compañero adversario del compañero militante. Todos a una conjurados antes de que Jotaflá se rearme y anuncie que ésta es la última que le deja pasar a Saavedra y que será el candidato a presidir Canarias en 2011. Y sin pedir permiso a la mafia.