Continuamos con nuestro serial de cosas veredes ocurridas en La Caja durante el tramo final de mandato de Juan Francisco García como director general de la entidad. Datos irrefutables que contrastan dramáticamente con las cosas que el presidente de Canarias7 ha ordenado inventar a sus sicarios para intentar acabar con la vida cívica de los que le denuncian en los tribunales, los que le afean públicamente sus trapisondas o los que, sencillamente, le anuncian que no le tienen miedo. En esta entrega nos vamos a ocupar profusamente de la compra por parte de La Caja de dos locales comerciales en la urbanización Sonneland (San Bartolomé de Tirajana) por el doble de su valor, según una apreciación efectuada por el Banco de España. Y, para más escarnio y saqueo de los fondos de La Caja, dos locales que ni están registrados, ni se podían valorar oficialmente ni servían para los fines de la entidad. Arrima la banqueta al piano, Paquillo, que empezamos el recital.