Hasta mucho han tardado las viejas glorias del socialismo grancanario en dejarse ver y oír tras la llegada al machito de nuevos mandamases. No se resignan, de nostálgicos que son, a ceder el testigo y a reconocer que los años no pasan en vano y que ni les quiere el electorado ni les aprecia mucho la militancia. Está ocurriendo, por ejemplo, en Guía, donde Ángel Trujillo, que tuvo que salir por la puerta de atrás del Ayuntamiento tras su último escarceo con el poder, se empeña en creerse imprescindible y en plantar cara a José Miguel Pérez, nuevo secretario general de Gran Canaria. Los argumentos, como siempre, el de los militantes que dicen tener de aquélla manera, evitando hablar del apoyo electoral, claro, que cada vez es más exiguo. Lo de Guía se ha reconducido de momento, pero lo de Santa Brígida fue la leche.