¡Que viva el subdesarrollo!

No, no ha sido un buen fin de semana para creer en la eficacia de las administraciones públicas, ni las canarias ni las del Estado. Los sucesos de los que hemos tenido que dar cuenta los medios de comunicación no ayudan mucho, más bien al contrario. Motivos puramente revanchistas y de recolocación de elementos inútiles condujeron a Coalición Canaria a cambiar toda la cúpula del departamento de seguridad y emergencias, aquel que dio sobradas muestras de fiabilidad en crisis tan graves como la del volcán submarino de El Hierro. Había que recolocar como viceconsejera de Medio Ambiente y Seguridad a la concejala de La Laguna que no quiso ver por allí su nuevo alcalde después de su sonada trifulca con la Policía Local, que la detuvo por conducir borracha; ni se prestó a acogerla el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, que bastante tenía –debió pensar- con comerse obligatoriamente a los consejeros del PSOE por imposición del pacto en cascada. También fue necesario colocar en algún sitio a Juanfra Padrón, jardinero en excedencia de la Granja del Cabildo de Gran Canaria, que no quería seguir siendo concejal en Arucas, por lo que lo mejor fue nombrarlo director general de Emergencias del Gobierno de Canarias, número dos de la mentada Blanca Pérez. Un dúo letal para la seguridad de los canarios, como ha quedado demostrado en la primera crisis de emergencia que han tenido que afrontar con la tromba de agua que ha descargado estos días sobre el Archipiélago, mayormente sobre Gran Canaria. La descoordinación ha sido total, a lo que seguramente debe haber contribuido la irrupción de nuevos responsables en las administraciones locales y la ausencia de los necesarios cursos y reuniones de coordinación dada la palmaria inexperiencia que todos o casi todos han demostrado. Por fortuna no ha habido que lamentar pérdidas humanas directamente relacionadas con los fenómenos atmosféricos, aunque en rigor nada les hubiera importado a todos estos gaznápiros porque tampoco llegado el caso habrían dimitido. No tienen a dónde ir.

El show de Morenés

Del ministro de Defensa, Pedro Morenés, y del Ejército del Aire cabía esperar otra cosa distinta al espectáculo lamentable ofrecido por las autoridades canarias responsables (con perdón) de las emergencias. Y cabía esperar otra cosa porque Morenés lleva cuatro años al frente del mismo departamento, cargando a sus espaldas accidentes similares al ocurrido nuevamente con un helicóptero Superpuma del 802 escuadrón de rescate con base en Gando. Cuatro años durante los que no parece haberse concienciado el ministro de que ahora no se debe a la industria armamentista sino a la dirección de un ministerio del que, entre otras muchas cosas, depende la seguridad de los militares que se dedican a la defensa y a la integridad de los ciudadanos de este país. Su rueda de prensa del viernes en la Base Aérea de Gando, que hemos ofrecido íntegra en vídeo, es una constatación del desastre de Gobierno que ha padecido España estos últimos cuatro años. Fiarse de un rescate ejecutado por un ignoto pesquero de ignota nacionalidad, que es comunicado de aquella manera por las autoridades marroquíes, que a su vez se basan en informaciones procedentes de Senegal sin el menor contraste oficial; con un buque holandés que trata de salvar de su hundimiento un helicóptero del Ejército español sin que nadie acuda de inmediato en su ayuda y, en base a una situación tan dantesca que desemboca en la suspensión de la más mínima labor de búsqueda, debería haber desembocado de inmediato en su dimisión. Lejos de eso, Morenés dedicó la mayor parte de su intervención a defender la actuación de su ministerio y, de remate, la calidad de los productos del fabricante de los Superpuma, un aparato del que ya conocemos –solo en aguas canarias- dos siniestros en los últimos 19 meses. Uno de ellos mortales, y el otro, por concretar.

Radiotelevisión Canaria, al precipicio

Todo hacía pensar que con la nueva Ley de Radiotelevisión Canaria las cosas iban a mejorar en ese ente público tras el paso de Willy García en su dirección regional. Pero no, las cosas empeoran por momentos y amenazan con una destitución de su nuevo presidente, Santiago Negrín, que en cinco meses, cinco, hora torera donde las haya, ha logrado hacer bueno a su antecesor. El Consejo Rector, nuevo órgano llamado a controlar mejor los desafueros de la dirección, lo tiene contra las cuerdas, a excepción hecha del vocal del PP Alberto Padrón, que es el único que vota sus iniciativas a cambio de que le de un programa al economista Salvador Miranda (experto en REF) o al joven regatista Joel Rodríguez. Y no necesariamente por ese orden. La noticia enviada a los medios este fin de semana era la de la personación de RTVC en la causa penal abierta contra Willy García, algo ya sabido y digerido, que tapó varias decisiones trascendentales. O menor dicho, indecisiones. Porque lo que acordó el consejo fue rechazarle a Santiago Negrín el proyecto de presupuestos para 2016, los principios de programación para el año que viene y la programación para lo que queda de 2015. O eso es al menos lo que parece que ocurrió porque el despelote es de tal calibre en ese consejo que no se sabe muy bien lo que ocurrió ante la inexistencia de un reglamento o de un secretario o secretaria que ejerza eficazmente como garante de la legalidad de las decisiones que allí se toman. Ambos puntos reflejaron dos votos a favor del presidente del consejo rector (los de Negrín y Padrón) y dos en contra (María Lorenzo y María José Bravo de Laguna), más una abstención (Mariam Álvarez), y por tratarse de acuerdos que requieren la mayoría cualificada, el voto del presidente no pudo valer como dirimente. La programación no aprobada deja fuera a dos productoras importantes, Doble Diez Canarias y Plató del Atlántico a favor de otras que los nuevos tiempos clavijistas quieren primar. Una decisión que ya ha tenido sus consecuencias en el Diario de Avisos, propiedad de la segunda de ellas, que ya ha respondido duramente al ninguneo.

Martín Orozco, ¿el gurú?

El Consejo Rector de RTVC del pasado viernes dio para mucho más. Por ejemplo, para preguntarse qué le pasa al contrato firmado con el periodista Francisco Martín como para que no pueda hacerse público. El presidente del consejo, Santi Negrín, ofreció a los consejeros leerlo allí mismo, como si se tratara de un documento secreto de un trabajador de una empresa privada, y no el del director de relaciones institucionales impuesto por el Gobierno para controlar al pobre presidente. Nadie lo leyó porque de lo que se trata es de que este ente público publique ese tipo de contratos haciendo buenas las normas de buen gobierno y transparencia. Salvo que haya algo muy gordo que ocultar que refuerce las teorías que corren por ahí según las cuales estamos ante un director general que no figura en ningún organigrama. Junto al caso Paco Martín, en los desaguisados de RTVC destaca el papel que desempeña el letrado Martín Orozco, en el pasado jefe de los servicios jurídicos del Gobierno y hoy felizmente instalado en el ejercicio privado del Derecho. A pesar de habernos dicho a nosotros que la decisión fue suya, Santi Negrín informó el viernes a sus consejeros que fue Martín Orozco quien sugirió el nombre del abogado de Soria, Nicolás González-Cuéllar Serrano, para el dictamen sobre la personación en el caso Willy García. Y habrá de ser el mismo gurú a quien se encargue por un precio aún por determinar y sin concurso, el que elabore el reglamento del Consejo Rector. Sí, del Consejo Rector que lleva cinco meses funcionando (es un decir) sin reglamento. ¿Puede ser esto más tercermundista?

48 horas sin reacción

Vale que todas estas disquisiciones pueden encuadrarse en la gestión y en las cuitas internas de un ente público, ajenas por completo a los intereses que han de preservarse de cara a los telespectadores, ciudadanos deseosos de tener un medio público que cumpla con las funciones que tiene encomendadas. Pero es que tras estos cinco meses de nuevo Consejo Rector también se evidencia un absoluto desastre en esa materia de atención a los intereses de la ciudadanía. Y la prueba más palpable se produjo en la gestión informativa de la tromba de agua que estos días azotó Canarias, especialmente Gran Canaria. Los Servicios Informativos de la televisión tardaron 48 horas en reaccionar, es decir, dos días con sus noches completas. Así lo pusieron de manifiesto en el Consejo Rector las vocales más inquietas (Alberto Padrón sólo estaba preocupado por enchufar a sus recomendados en la programación), sin conseguir arrancar de la presidencia un comunicado de disculpas dirigido a la opinión pública canaria. ¿Y por qué no se hizo nada ante un acontecimiento informativo que requería la activación de la vertiente de servicio público que tienen la tele y la radio públicas de Canarias? Pues muy sencillo: los nuevos rectores de la cosa quisieron alejarse tanto de la gestión de Willy García que evitaron hacer el despliegue informativo que se hizo con mucho éxito de audiencia y mucho reconocimiento social en la etapa anterior. Porque debemos descartar que entre los magníficos profesionales que pueblan la dirección y la edición de informativos de la tele y la radio hayan faltado los reflejos pertinentes, como dejó caer el flamante presidente.

Autorretrato de Carlos Alonso

Magistral, como todas las que hace Carmelo Rivero, la entrevista a Carlos Alonso, presidente del Cabildo de Tenerife, que este domingo publicó Diario de Avisos. Un retrato perfecto del personaje que se convierte en varios pasajes en autorretrato ante las irrefrenables ganas del entrevistado por marcar el territorio, tanto el político/partidario como el político/personal. Los que todavía puedan estar dudando ante las claras intenciones del líder “insular” tinerfeño, y no quieran cascarse la entrevista entera, aquí les acercamos algunas píldoras relevantes:

Para empezar, sepan que la famosa reunión con la ministra de Fomento, de la que declaró haber salido muy contento por “la receptividad” que Ana Pastor, no existió el día 25 de septiembre, como declaró a Radioclub Tenerife. Y no fue en Madrid, sino en Tenerife, mucho antes, en un ratito de intimidad política que ambos tuvieron durante un trayecto en coche.

El asesinato de una mujer a manos de su expareja en Los Majuelos (Tenerife) “nos emplaza a un endurecimiento de las penas. Este es un caso claro de aplicación de la prisión permanente revisable”. Una coincidencia brutal con los planteamientos más retrógrados (y seguramente inconstitucionales) del PP.

El pacto entre CC y el PSOE: “Hay un gran nivel de incertidumbre sobre el resultado electoral. Y yo no puedo decir que no vaya a haber cambios porque desconocemos el escrutinio. Nuestra ventaja en el Cabildo es que CC ocupa una posición central que le permite defender los intereses de Tenerife apoyándose en un lado, en el otro o en ambos”. Tal enunciado contradice los constantes pronunciamientos públicos de Fernando Clavijo acerca de la estabilidad del acuerdo que lo sostiene como presidente del Gobierno.

“Yo creo que el PP va a ganar las elecciones y espero que el apoyo de CC sea necesario”. Es decir, Coalición va apoyar a Mariano Rajoy en el caso de que sea necesario. En ningún momento se plantea un escenario diferente.

“Si obtenemos buenos resultados no va a ser necesario cambiar el Gobierno (de Canarias). El PP nos va a necesitar en Madrid sin nada a cambio, sin gobernar aquí”. Muy creíble todo, sin duda.

En referencia a la amenaza de Mario Cabrera de que los tres diputados majoreros no pactarán nunca con el PP: “Decir a priori yo no pactaré nunca con el PP es copiar al PSOE, aislarse. Un error, a mi juicio, CC, por su voto mayoritario de centro, ha de poder pactar con la derecha y con la izquierda”. Copiar al PSOE es malo, entregarse al PP, regular.

A usted le atribuyen reminiscencias del PP, pregunta el periodista: “Yo lo que soy es muy liberal”. Sin mayores explicaciones, salvo el hecho de que el presidente del Cabildo de Tenerife proviene del PP y no ha renunciado a su ideología.

“Soy un nacionalista por motivos históricos y geográficos. La geografía ha marcado la historia económica de las islas”. “El nacionalismo es un objetivo a largo plazo que pasa por la formación”. ¿Formación del espíritu nacional-ista? Una modalidad de nacionalismo/liberalismo bastante postural.

Ponga prioridad al cronograma de carreteras: “El Cabildo se embarcaría en la obra del tercer carril de la autopista del norte hasta Guamasa, financiado por el Cabildo (cuesta cinco millones el kilómetro) y en el cierre del anillo insular”. Es decir, adjudicar las obras, que es lo que en el fondo subyace en todo este pleito.

“Mis reuniones en Madrid las ha sabido, las sabe y las sabrá el presidente del Gobierno de Canarias. Yo no voy a alterar para nada el equilibrio regional. Fernando y yo tenemos una relación muy buena, hay una absoluta complicidad”. Si las conoce Clavijo y no la consejera de Obras Públicas, a las que han ninguneado constantemente en todo este asunto, el PSOE y Patricia Hernández tienen un doble problema. El primero es de ninguneo, y el segundo, de cobardía absoluta.

En Gran Canaria “tienen una especie de complejo de querer ser la isla más importante y al final no lo son”. Don Pepito redivivo.

“El Gobierno canario ha sido generoso, porque los recursos del ITE podía habérselos quedado, o repartirlos según los criterios del REF”. Es decir, que lo normal, lo legal, no razonable, era aplicar los criterios de la ley de recursos fiscales propios, y lo que se hace es un requiebro para comprar voluntades políticas y satisfacer ansias insulares / insularistas.

¿Utilizó el anillo como cortina de humo al intervenir la fiscalía en las carreteras? “Fuimos nosotros los que trasladamos los hechos a la Fiscalía tras una investigación interna. Es que si no lo lleva el Cabildo lo hubieran llevado otros a la fiscalía, por ejemplo, el PSOE, de ahí que sufriera el castigo que ha sufrido en el pacto del Cabildo de Tenerife.

“Yo lo que voy a ser es insular, no insularista”. Genio y figura.

“Estoy a la espera de una reunión junto al presidente del Gobierno de Canarias con el presidente de AENA para ampliar la terminal del aeropuerto del sur, o nos veremos con un problema en 10 años”. Otro puenteo en ciernes.

¿Por qué el tranvía es deficitario? “Porque su modelo de negocio es a 50 años. A largo plazo genera un retorno al Cabildo del 8%”. Hay que esperar 50 años, que se sepa, para empezar a recibir un retorno del 8%. Mientras tanto, el déficit lo soportan los ciudadanos.