Guillermo Reyes es mucho menos aparentoso que José Manuel Soria. No le preocupa su aspecto personal, ni vestir con trajes y corbatas de marca. Le da lo mismo ir en Jaguar que en guagua, comer potaje en casa que una langosta en un restaurante de postín. Es en esos aspectos en los que el líder de AFV-Ciuca se distingue del presidente del PP canario, con el que sin embargo comparte otras muchas inquietudes, especialmente las políticas. Porque Reyes es el socio natural de Soria en la ciudad de Telde, el compañero de andanzas de los concejales del PP que montaron toda aquella asquerosa trama diseñada para robar y encuadrada bajo el nombre de Faycán. Además, ambos comparten la pasión por apoyar a la radio más rastrera de cuantas operan en la isla y por acudir a los tribunales en busca de la descalificación a los que denuncian sus desmanes. En el caso de Soria, son los periodistas y medios desafectos, pero en el caso de Reyes se añaden los adversarios políticos que lo señalan con el dedo acusador tras levantar las alfombras del Ayuntamiento. Esta semana se acaba de llevar su enésimo toletazo en los tribunales, que lo han condenado a pagar las costas de sus extravagancias judiciales.