Pero para alegaciones las de José Miguel Suárez Gil, presidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas y hombre muy vinculado a la marea de poder reinante, provenga de donde provenga. Ya saben que desde un principio abrazó como propias las tesis de los promotores de La Gran Marisma, no sólo porque es un converso de las bondades intrínsecas de la operación, sino porque resultó tocado por la varita mágica que le convirtió en aglutinador de los empresarios que habrían de participar en la operación. Es, el llamado Zorro Plateado, el que aún hoy anda vendiendo los comerciales, los administrativos, los residenciales, los hoteleros... por encargo de la superioridad. Pero tanto abarca este hombre, tanto viaja este hombre, que pidió el 8 de marzo audiencia al Consejo de Estado, que se la concedió al día siguiente, y todavía están esperando. Ni una alegación, oiga. Debe ser ese terrible síndrome del folio en blanco ante el que se sentó el hombre y no se le ocurrió una sola genialidad. Le consolamos, una pájara le da a cualquiera.