El Centro Nacional de Vulcanología en Canarias tendrá una sede en una isla y una subsede en otra

El Centro Nacional de Vulcanología, que se ubicará en Canarias próximamente, tendrá una sede en una de las islas que se han ofrecido a albergarlo, La Palma y Tenerife, y una subsede en la otra, aquella que no acoja el emplazamiento principal de la nueva institución. Así lo ha confirmado la ministra de Ciencia, Diana Morant, en declaraciones recogidas en el último programa de Informe Trópico, emitido este domingo en la Radio Televisión Canaria (RTVC).

La ministra ha intentando así calmar las aguas después de que ambos territorios isleños opositaran para acoger el instituto y eso haya generado una polémica entre las administraciones, que no han dudado en destacar las bonanzas que ofrece cada isla para estudiar la vulcanología. Tenerife recuerda haber invertido durante años en el Instituto de Vulcanología de Canarias (INVOLCAN) como distinguido argumento a su favor. Mientras que La Palma utiliza como atractivo haber sufrido la erupción más reciente.

“Cada territorio está poniendo en valor sus potencialidades y capacidades. Estoy segura de que lo vamos a resolver bien, porque más allá de donde esté la sede física, después se crearán muchos nodos de una red de trabajo. Más de 200 científicos se desplazaron a La Palma [durante la fase eruptiva del volcán de Cumbre Vieja], pero también había muchos trabajando en los centros nacionales en distintas partes de España. Yo me atrevería a decir que sea cual sea su sede definitiva, va a tener una subsede en la otra isla”, ha afirmado Morant.

La labor del Centro Nacional de Vulcanología será “investigar en torno a esta ciencia, pero con carácter internacional”, ha remarcado la ministra. Desde que se creó la montaña de fuego en Cumbre Vieja en septiembre de 2021, se han publicado decenas de artículos científicos al respecto intentando escrudiñar qué ocurrió debajo de la superficie de La Palma y cuándo podría suceder algo así de nuevo. Morant ha destacado que nunca antes se había analizado un volcán de estas magnitudes con una tecnología tan avanzada. Y que ahora la tarea está en predecir el próximo estallido mientras se hace pedagogía del riesgo volcánico.

El centro cuenta con una partida de cinco millones de euros para su puesta en marcha, definida ya en los Presupuestos Generales del Estado de 2023. Pero aún no se han definido los criterios técnicos para su ubicación, como sí lo han hecho la Agencia Aeroespacial, a la que optó Gran Canaria y finalmente fue adjudicada a la ciudad de Sevilla, y la Agencia de Inteligencia Artificial, que se alojará en A Coruña. La ministra también ha resaltado que la institución será un punto donde converjan todos los organismos encargados de la vigilancia volcánica en España, como el Instituto Geográfico Nacional (IGN), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) e INVOLCAN.

Para La Palma, albergar esta instalación es toda una “necesidad”, en palabras del alcalde socialista de Santa Cruz de La Palma, Juan José Neris. El regidor considera que la isla “requiere de un mayor esfuerzo para poder crecer y mantener la calidad de vida” del territorio al ser no capitalina. A Neris le preocupa que la conocida como “Isla Bonita” lleve más de dos décadas estancada en su crecimiento demográfico, que la población esté cada vez más envejecida y que los jóvenes se marchen por la falta de oportunidades.

“Una de las grandes soluciones que podemos tener es ese foco. Y tenemos un ejemplo clarísimo que es el Roque de los Muchachos. Ha servido para que gente que trabajaba en otras profesiones haya adaptado su formación para así hacerlo ahí. Otro punto de interés científico puede ser la excusa perfecta para que la gente no se vaya de la isla, o lo haga para estudiar y vuelva”, ha razonado el alcalde de la capital palmera, quien también cree que haber sufrido la erupción más reciente puede hacer que “investigadores de todo el mundo quieran seguir estudiándolo” in situ.

Por su parte, el presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín (PSOE), no ha dudado en recordar los más de 12 años que lleva la institución invirtiendo en investigación sobre vulcanología después de que el Gobierno de España encargara en 2004 al IGN, un instituto radicado en Madrid pero con delegaciones en el resto de comunidades autónomas, la “observación, vigilancia y comunicación de la actividad volcánica en el territorio nacional”, lo que no gustó a los dirigentes tinerfeños, quienes entienden que “es en la isla donde toca hacer la investigación y el seguimiento” pertinente al ser Canarias la única región española con actividad en este sentido.

Martín ha subrayado que “solo en proyectos de investigación” para el INVOLCAN, empresa pública dependiente del Cabildo de Tenerife desde 2010, la corporación insular ha movilizado 28 millones de euros. “Creemos en esto y lo demostramos de la manera en que se demuestran las cosas en una institución pública, que es poniendo dinero”, ha acentuado el presidente tinerfeño. “Tenemos relaciones con investigadores de Italia, Estados Unidos, Alemania, Japón… Es un trasvase permanente de conocimiento y de un trabajo intensísimo con presupuestos anuales. Todo esto y muchos más datos justifican la propuesta de Tenerife” como sede del Centro Nacional de Vulcanología.

Otra personalidad destacada en este ámbito, Nemesio Pérez, coordinador del INVOLCAN, también opina que el centro “tiene que estar en la isla de Tenerife” y que, en varias ocasiones, tanto el Senado como el Congreso de los Diputados y el Gobierno regional han expresado su intención de crear el mencionado departamento. “Eso no significa que no haya sedes en otras islas como La Palma, El Hierro, Lanzarote o incluso Gran Canaria. Pero indudablemente la isla de Tenerife es la que mayor riesgo volcánico tiene”. Según un análisis del propio Instituto Vulcanológico de Canarias, la probabilidad de una erupción en los próximos 50 años es de un 48,7% en La Palma y de un 39,4% en Tenerife.

Pérez ha aprovechado para criticar la presencia de presuntos lobbies dentro de la administración que “le han puesto palos en las ruedas” al INVOLCAN, refiriéndose principalmente al CSIC y al IGN. La relación entre el instituto canario y los otros dos organismos no ha sido la mejor en los últimos años, como quedó en evidencia durante la erupción del volcán submarino de El Hierro en 2011. Ese año hubo una guerra científica entre sociedades que se contradecían e incluso se ninguneaban en público. Conviene recordar que el IGN, el CSIC y el INVOLCAN son asociaciones independientes que investigan por separado. Es de esperar que el futuro centro nacional aglutine el trabajo de las tres.

“[La erupción del volcán de La Palma] fue una demostración de cómo la ciencia avanza cuando juntamos disciplinas distintas y se involucran centros de investigación de nuestro país pertenecientes al Ministerio de Ciencia, como por ejemplo el CSIC, pero también a otras carteras, como la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) o el IGN, que pertenece a Transportes. Lo que queremos con este centro es también esa multidisciplinariedad, ya que cada entidad es muy buena en solitario, pero todavía mejor si trabaja en equipo”, ha explicado Morant.

Por otro lado, Jesús Ibáñez, miembro de la Asociación Internacional de la Vulcanología, ahonda en esta idea y afirma que en vulcanología “no se puede hablar de localismos”. “Es muy difícil que un grupo exclusivamente en Canarias haga un trabajo solo, sino que colabore con Granada, como es mi caso, o con otra universidad”. El académico espera que el futuro proyecto cuente con los recursos económicos necesarios, ya que hasta la fecha la inversión en infraestructuras y personal en España en general y el Archipiélago en particular es “muy limitada”.

“El Centro Nacional de Vulcanología debe ser la oportunidad para que la inversión se canalice en una mejora. Porque por mucho que a los políticos se les infle la boca de financiación y promesas, lo cierto es que en este país seguimos estando muy atrás” en este sentido, redundó Ibáñez.