Las tres carreteras más transitadas de Tenerife emiten tanto CO2 al año como 724 vuelos desde la isla hacia Nueva York
Las tres carreteras más transitadas de Tenerife, la TF1, TF2 y TF5, con un flujo de tráfico rodado de más de 90.000, 81.000 y 113.000 vehículos por día, respectivamente, emiten al año 543,452 toneladas de dióxido de carbono (CO2), según un estudio recientemente publicado en la revista Integrated Environmental Assessment and Management. El cálculo agrupa las emisiones provocadas por la circulación de los coches y del alumbrado público. En total, el dato equivale al mismo CO2 que expulsarían 724 vuelos desde la isla tinerfeña hasta Nueva York, de acuerdo a la calculadora de la huella de carbono de Carbon Footprint LTD.
Los investigadores han estudiado el balance neto de carbono de las vías de transporte más importantes de Tenerife para planificar nuevas estrategias que persigan la neutralidad climática. En el Archipiélago, la tercera comunidad del país con más densidad de carreteras por kilómetro cuadrado, el sector del transporte, ya sea rodado, marítimo o aéreo, acumula casi la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), según el Anuario Energético de Canarias de 2020. Los autores del trabajo entienden que es esencial diseñar minuciosamente cada inversión en este sentido y establecer políticas en consecuencia.
“Hasta que algo no se mide y cuantifica, no es tan fácil establecer medidas ajustadas para resolver la problemática a tratar. Al hacer el estudio de las emisiones podemos saber debido a qué se producen estas, cómo podemos mejorar la situación, por ejemplo, fomentado el uso del vehículo eléctrico, y cómo la podemos mitigar, con zonas verdes que capturen carbono de los automóviles mientras se produce la transición energética”, apunta la primera firma del artículo Noelia Cruz Pérez, ingeniera civil y de edificación y coordinadora de proyectos internacionales de I+D+I en la Universidad de La Laguna (ULL).
Aparte de estimar la emisión de gases contaminantes, los expertos también han calculado la absorción de carbono por la vegetación plantada en los márgenes de las tres carreteras mencionadas, así como del suelo, con el fin de optimizar su aplicación como sumideros de CO2. El Gobierno de Canarias detalla en su estrategia climática, avalada por la recién aprobada Ley de Cambio Climática de las Islas, que pretende “potenciar y reforzar” este uso de su territorio tan desconocido para muchos.
Los sumideros de carbono (o secuestradores de CO2, lo mismo es) son espacios naturales que actúan como grandes depósitos de este gas y contribuyen a reducir su cantidad en la atmósfera. Los bosques son un gran ejemplo. Los mares, también. El Ejecutivo regional calcula que la biomasa viva de las Islas absorbe anualmente 423 kilotoneladas de CO2, un 5% de las emisiones GEI de 1990 y un 3% de las de 2018. El objetivo es que para 2040 ese valor aumente en un 103,7%, hasta alcanzar las 862 kilotoneladas.
Entre las líneas estratégicas, la administración apuesta por crear superficies arboladas prácticamente donde se pueda. En “tierra susceptible”, recalcan los técnicos del Gobierno canario. Y eso implica no solo actuar según las directrices del Programa de Repoblación Forestal de la comunidad, sino también modificar la vegetación ya sembrada por otro tipo de árboles y arbustos locales de mayor absorción de carbono.
El estudio de Cruz Pérez y compañía analiza esto mismo de las especies vegetales en los márgenes de las infraestructuras viarias más transitadas de Tenerife y propone un plan de actuación en más de 20 áreas críticas de altas emisiones con 1.492 nuevas plantaciones en los próximos cinco años. Los resultados doblarían la capacidad de secuestro de CO2 de dichos emplazamientos (ahora cifrada en 25,56 toneladas anuales de dióxido de carbono) y aumentarían la absorción total de los espacios verdes de la TF1, TF2 y TF5 (734 zonas, para ser más exactos), que actualmente alcanza las 95,18 toneladas anuales de CO2.
“No todas las especies vegetales y arbóreas retienen carbono en la misma medida. En general, los programas de compensación de carbono se realizan empleando masas forestales, que son las que más carbono pueden capturar. Sin embargo, las especies arbustivas o más pequeñas no tienen la misma capacidad que los árboles, pero debido a la visibilidad es el tipo de especie que se puede poner en los márgenes de las carreteras”, agrega la experta.
El proyecto tiene como trasfondo el registro de huella de carbono del Servicio Técnico de Carreteras, Paisaje y Movilidad del Ministerio para la Transición Ecológica. Y también contribuye al Plan Insular de Movilidad Sostenible (PIMS) de Tenerife, el programa que “será el instrumento básico para definir el futuro modelo de ordenación y gestión de la movilidad insular” de la isla, en palabras del vicepresidente del Cabildo tinerfeño Enrique Arriaga. El año pasado se encargó su elaboración por 607.000 euros. La institución espera que sea un documento base hasta 2040.
En otras provincias españolas, como Álava (País Vasco), también hay protocolos para la gestión sostenible de la vegetación en los márgenes de las carreteras. Un estudio difundido en 2019 sugiere que la reforestación y un buen diseño de las mismas son las mejores herramientas para reducir la expulsión de gases contaminantes en el sector, especialmente mientras se espera la penetración del vehículo eléctrico y su distribución con energía limpia. De hecho, otra investigación, esta publicada en la revista Journal of Cleaner Production, concluye que un coche eléctrico en Canarias contamina más que uno tradicional porque la carga de las baterías se realiza “con una importante aportación de combustibles fósiles y emisiones impactantes”, añaden los autores.
Para Cruz Pérez “es importante producir energía renovable para que podamos cambiar a vehículos eléctricos y que esto sea un cambio real y notorio”. La ingeniera considera además que “cualquier iniciativa para fomentar las zonas verdes que son sumideros de carbono naturales y de priorizar el uso del transporte público son excelentes iniciativas que ayudarán a las emisiones y a la movilidad en la isla”. Canarias espera descarbonizar su parque de automóviles para 2040, cuando alcance la neutralidad climática. Aunque no será fácil. Se trata de la tercera autonomía con más coches de España, con una ratio de 0,8 por habitante, solo superada por Castilla y León y Baleares.
El trabajo de Cruz Pérez y cía espera “permitir el desarrollo de una metodología y criterios de cálculo del balance neto de emisiones de las infraestructuras viarias” y su fecha de publicación no puede ser más pertinente. Varios proyectos millonarios sobre construcción de carreteras en el Archipiélago han obtenido la luz verde en las últimas semanas, no sin antes recibir la crítica de algunos expertos en geografía y ordenación del territorio. El Gobierno regional tiene presupuestados 1.815 millones de euros al respecto, sin detallar el tiempo de ejecución. Desde 1964 se ha gastado más de 6.632 millones en este ámbito, según han documentado la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).
Este mismo miércoles, de hecho, se ha publicado en la Plataforma de Contratación Pública el contrato sobre la redacción del proyecto de ejecución de las obras en la TF1, en el tramo entre Las Américas y Fañabé, que incluirá un aumento de capacidad de las vías sobre un falso túnel. El precio asciende a los 100 millones de euros. Otro procedimiento, esta vez para reparar los daños ocasionados en la red de carreteras de Gran Canaria a consecuencia de los incendios forestales de 2019, también se ha subido a la plataforma. El valor alcanza los 7,75 millones de euros.
“La fragmentación del territorio provocada por la construcción de infraestructuras de transporte como las carreteras, hace que las zonas verdes desempeñen un papel importante en la conectividad ecológica y paisajística de las zonas rurales y naturales, así como en la conectividad social de los entornos urbanos o semiurbanos”, remacha la investigación canaria.
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