Rutas y obstáculos para descarbonizar todo el parque de vehículos de Canarias

Tráfico colapsado en la GC-1

Toni Ferrera

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Había 222 vehículos eléctricos en 2011. La previsión es que haya 1.588.339 en 2040. Ese es el objetivo de Canarias para descarbonizar por completo su parque automovilístico. “No es un plan fácil”, recalca la directora general de Energía del Gobierno autonómico, Rosana Melián. Pero la intención es esa. La Unión Europea ha pedido a los Estados miembros que agilicen sus proyectos para avanzar hacia la neutralidad climática en 2050. En este sentido, el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) ha elaborado una estrategia para marcar la hoja de ruta de la electrificación del transporte isleño, estableciendo al Archipiélago como un “laboratorio de pruebas a nivel nacional”.

Según el último Informe de Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el 29,1% de los gases de efecto invernadero emitidos en España en 2019 corresponden al sector del transporte. Es el ámbito que más contamina, por delante de la industria energética y la industria manufacturera y de la construcción.

La Ley de Cambio Climático, que podría ser votada en las próximas semanas en el Congreso y el Senado, prevé que a partir de 2040 los automóviles nuevos que salgan al mercado sean de cero emisiones. Canarias se quiere adelantar a esto. Es decir, en vez de prohibir la venta, quiere que en 2040 todo el parque de vehículos ya sea eléctrico. La estrategia no detalla si habrá o no un veto previo. Se centra en “definir el grado de implantación del vehículo eléctrico y establecer un plan de acción coherente con la consecución de este objetivo en los tiempos marcados”.

El gráfico de arriba muestra la penetración del vehículo eléctrico en el parque canario. En estos momentos, estos automóviles representan el 0,2% del total en las Islas. El ITC, que ha hecho sus cálculos usando la técnica de regresión multivariable Random Forest, es consciente de que habrá una tendencia “relajada” en los primeros diez años. Pero vaticina posteriormente un “impulso a la venta de este tipo de vehículos en contraposición de los que utilicen combustibles fósiles”.

Así, el avance sería el siguiente: 54.948 vehículos eléctricos para finales de 2025 (actualmente hay 1.249, con datos de 2019); 466.968 para 2030; y 1.588.339 para 2040. “Esta situación sólo se producirá si el ciudadano percibe un beneficio económico en la adquisición del vehículo eléctrico frente al vehículo tradicional o, simplemente, si en un determinado año con suficiente antelación ya no fuera posible la venta de vehículos de gasolina y gasoil”, señalan.

Estas cifras le resultan un tanto optimistas al presidente de la Federación Regional Canaria de Empresarios Importadores y Concesionarios de Automóviles (FREDICA), Rafael Pombriego, quien cree que el coche eléctrico aún no ha ganado el empuje suficiente y destaca su alto precio como impedimento. Además, agrega otra clave: Canarias alberga el parque móvil más envejecido del territorio español, la edad media de los vehículos es de 13,8 años. Y eso está directamente relacionado con el escaso poder adquisitivo de las Islas, donde es inviable, y más después de una crisis, invertir en un coche eléctrico cuyo precio oscila entre los 25 y 30 mil euros.

Según este estudio de la Asociación Americana de Economía (AEA, en sus siglas en inglés), los consumidores que no pueden pagar por automóviles eléctricos están recurriendo a modelos antiguos y usados, lo que está dificultando la renovación de parque.

Lo mismo expone la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), que detalla una tendencia al alza en los últimos años de la edad media de los coches porque “están aumentando la venta de vehículos de más de diez años mientras las matriculaciones de vehículos nuevos caen”.

“El sector está pidiendo ayudas. Necesitamos medidas radicales para promover el cambio a la electrificación. Está claro que esto se producirá. Pero habrá que ver en qué tiempo”, añade Pombriego.

La estrategia del ITC no es un texto de obligado cumplimiento. Como bien deja claro Melián, se trata de un documento vivo, que irá variando con los años. Entre las líneas de actuación establece poner en marcha campañas publicitarias dirigidas a informar sobre las ventajas del uso del vehículo eléctrico, fijar un porcentaje mínimo de estos en flotas públicas, rebajar su impuesto de circulación frente a los de combustión fósil e incluso facilitar la implantación en las Islas de empresas de reciclado de baterías.

También explica algunas debilidades del plan: ausencia de servicios relacionados con el vehículo eléctrico (reparación, recarga, cambio de batería), alto coste, problemas de seguridad vial por bajo ruido, autonomía reducida del vehículo, incertidumbre en los precios de la electricidad, impacto negativo en el abultado sobrecoste de generación en Canarias... Y fortalezas: no contaminante, mayor facilidad de aparcamiento, elevado grado de satisfacción, existencia de incentivos fiscales, etc.

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) concluye que la principal fuerza motriz impulsora de la descarbonización del sector de la movilidad-transporte consiste en un cambio modal que afectará al 35% de los pasajeros-kilómetro que actualmente se realizan en vehículos convencionales de combustión. ¿Qué es un cambio modal? Fomentar el uso de modos de transporte más sostenibles, como caminar, la bicicleta o el transporte público.

Esto para Canarias sería un giro drástico. El ratio de vehículos por habitante en el Archipiélago es muy alto, de un 0,8. Mayor que el de la media nacional (0,53). Las políticas de movilidad sostenible, como señala el ITC, podrían reducir en un 20% este indicador. Para llevar todo esto a cabo las Islas se apoyarán en los fondos europeos de reconstrucción, “una gran oportunidad”, remarca Melián, para alcanzar el objetivo marcado.

El vehículo eléctrico no es por sí solo no contaminante. Depende de la energía de la que se nutre. Esta realidad provocará un aumento de la demanda eléctrica en Canarias, que espera instalar cientos de puntos de recarga y favorecer, con otros proyectos (como el de Chira-Soria), que la energía consumida por el vehículo eléctrico sea de carácter renovable. Según el texto, habría puntos de recarga en: plazas de garaje en propiedad, sitios turísticos, aparcamientos semipúblicos, aeropuertos, vías públicas… Todo acompañado por una Ley de Cambio Climático que obliga a las gasolineras a colocar estos puestos.

Con todo, la estrategia del vehículo eléctrico termina con un dato positivo: la reducción de emisiones por la electrificación del transporte en Canarias ascendería a 1.601.000 toneladas de CO2 al año en el supuesto en el que se optara por la máxima cobertura de demanda mediante energías renovables.

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